La verdad no admite devoluciones. Miramos para otro lado pero aquí, ahora, personas como tú, como yo, inocentes como tus hijos o los míos están al borde del abismo. Al borde del dolor, de la muerte, del sacrificio infinito. Todos estamos al borde, a un paso del abismo, pero insistimos en mirar a otro lado. De pronto, un desconocido, un iniciado, nos señala el abismo y ya no hay nada más que vértigo.
(Imprimir esta entrada)
domingo, 22 de junio de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario