Uno piensa que la decisión realmente crítica consiste en elegir si tapamos nuestra calva con una gorra o nos afeitamos definitivamente los pelos que aún aguantan sobre la cabeza. Error. La disyuntiva era quedarse calvo o no; el resto es una consecuencia accesoria.
Otra disyuntiva: Ginebra o té
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miércoles, 21 de abril de 2010
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